El Caracol

El caracol es un ser frágil y delicado que logra ser perseverante y avanzar serenamente por la vida.

Como el caracol muchos de nosotros logramos continuar nuestro camino a pesar de las circunstancias adversas con las que nos hemos encontrado. 

Y es que algunos  hemos creado una caparazón para protegernos y mantenernos vivos.

A veces ese maravilloso refugio que nos mantuvo a salvo, con el tiempo, se ha hecho cada vez más fuerte, más duro y lo que nos permitió funcionar, continuar con nuestra vida, puede llegar en la edad adulta a escondernos tanto que se confunde con nuestra identidad. 

Es que nuestra alma se siente tan segura escondida allí que no ha salido más.

Pero resulta que las otras personas ya no pueden vernos, solo ven nuestra coraza y creen que somos eso. Y ahí es cuando comenzamos a sentirnos desdichados e incomprendidos. 

Siempre esperan de nosotros la fortaleza, el sostén y no imaginan siquiera que podamos, a veces, necesitar apoyarnos en ellos, ser frágiles, darnos permiso para sentirnos vulnerables. 

Y esto duele, duele mucho, y no sabemos cómo resolverlo experimentando una emoción profunda de soledad aunque no estemos solos.

Arrancar esa caparazón a esta altura, seria un movimiento doloroso y peligroso, porque ya casi parece ser parte de nuestro propio ser; sin embargo,  darnos  la oportunidad de intentar aflojarla un poco, para lograr un día quitarla de vez en cuando, y ya no usarla de manera continua, sino como un recurso a mi disposición que me pongo y me quito a voluntad, no es una tarea sencilla pero vale la pena. 

Empecemos a moverla con suavidad,  tengamos paciencia y vayamos poco a poco, porque los tiempos de cada uno son diferentes.

Sin frustrarnos si demoramos más en conectar con nuestro yo profundo, con nuestro niño o niña interior, siendo amorosos, respetándonos y dándonos tiempo, seguro lograremos  aflojarla lo suficiente como para retirarla y volver a colocarla cada vez que lo necesitemos. 

El primer paso es aceptar mi fragilidad tanto como mi fortaleza, aceptarme a mi mismo/a con todas mis facetas en equilibrio y  en armonía.